BIOGRAFÍA
DE JUAN VUCETICH CREADOR DEL SISTEMA DACTILOSPICO ARGENTINO.
Es hijo de Víctor y doña Vicenta Kovacevich. Nació el 20 de julio de
1858 en la ciudad de Lesina del Archipiélago Adriático, de la antigua
Dalmacia, perteneciente en ese entonces al Imperio Austro-Húngaro.
Llegó a Argentina el 24 de febrero de 1882, a la edad de 23 años, siendo
su primera ocupación en nuestro medio, la de empleado en la Dirección
de Obras Sanitarias de la Nación, donde permaneció seis años, hasta que
renunció para ingresar el 15 de noviembre de 1888 al Departamento
Central de Policía de la ciudad de La Plata, como Meritorio.
Vucetich se caracterizó por su bondad y sencillez, siendo sumamente
tierno y cariñoso con su familia. Aficionado al piano, gustaba
deleitarse ejecutando música clásica y hasta llegó componer una pieza de
ese estilo. Trabajador incansable, no se daba un momento de sosiego al
extremo que todos los cuadros que tiene el museo que hoy lleva su
nombre, han sido hechos por él, con la ayuda del doctor Reyna Almandos y
del señor Antonio Herrero, sus incondicionales amigos de todas las
horas y fervientes defensores de su obra. También se encontraban entre
las personas de su particular estima los doctores Eusebio Gómez, José
Ingenieros y Alfredo L. Palacios.
En el mes de junio de 1891, cuando Vucetich ya había alcanzado el cargo
de Jefe de la Oficina de Estadística de la Repartición, recibe
directamente del Jefe de Policía, la misión de estudiar las
posibilidades de establecer un servicio de identificación
antropométrica.
Como en nuestro país, aún no había trascendido noticia alguna que
hiciera referencia de los diferentes estudios que sobre los relieves
digitales ya habían realizado, entre otros, Faulds Herschel y Galtón,
dedica también su atención a la antropometría, lejos de imaginarse que
en el aspecto identificativo, el destino le tenía reservado una misión
muy superior.
En efecto, pocos días después, el mismo Jefe de Policía, Capitán de
Navío don Guillermo J. Nuñez, pone en sus manos el único ejemplar de la
“Revue Scientifique” que había llegado al país y que un amigo dejara
olvidada en su despacho, en la que se publicaban los estudios
antropológicos realizados por Galtón, y que destacaba entre otras
consideraciones, el valor indudable que en materia de identificación
ofrecían las impresiones digitales.
Vucetich, que al estudiar en todos sus aspectos el sistema
antropométrico de Bertillón, había constatado la inexactitud del
sistema, advierte de inmediato que en las impresiones digitales se
hallaba la única solución integral al problema pavoroso de la
identificación humana, cuyo porvenir vislumbró de inmediato, fecundo y
venturoso.
Dotado de ese espíritu singular investigativo que tanto lo distinguió,
Vucetich dedicó muchas de sus mejores horas al estudio exhaustivo de las
impresiones digitales, documentándose en diferentes fuentes de
información, de toda suerte de antecedentes relacionados con la materia.
Luego de prolongadas y agotadoras jornadas, corona tantos ingentes
esfuerzos con el mejor de los éxitos, al crear el sistema que bautizó
con el nombre de “Icnofalangometría”, basado en los 40 tipos digitales
obtenidos por Galtón, que él aumentó a 101 y que puso en funcionamiento
el 1° de septiembre de 1891, fecha en que, por primera vez en el mundo,
mediante utilización de su ficha decadactilar, se toman las impresiones
digitales de los 10 dedos a 23 procesados por diferentes delitos,
documentación que previa clasificación, archiva en armarios casilleros
que se habilitan por su propia iniciativa.
Con este sencillo procedimiento pone en evidencia que su sistema, basado
en la perennidad, inmutabilidad y variedad infinita de los relieves
digitales, tiene una cualidad más; que todas las individuales son
clasificables y que, mediante la simple lectura de sus fórmulas
dactiloscópicas, permiten ordenar su archivo, sistematizado fácilmente
esta ciencia.
Pronto, sucesos ocurridos en el campo del delito, iban a dar la razón a
Vucetich y a poner en evidencia la incuestionable superioridad de este
sistema identificativo.
En junio de 1892, la mujer Francisca Rojas denuncia ante las autoridades
policiales de la ciudad de Necochea, el asesinato de sus dos hijitos y
acusa, como único autor material del hecho, a un vecino suyo. El curso
de la investigación obligó a comisionar a personal del Gabinete de
Identificación, que al constituirse en el lugar del suceso y realizar la
correspondiente inspección ocular, observó que en una puerta de la
finca, había impresas huellas digitales sangrientas. Cortadas las partes
de la puerta que contenían esos rastros, se remitieron a la Oficina de
Identificaciones de La Plata conjuntamente con las impresiones
digitales del vecino acusado y de la madre de las víctimas.
Hechas efectivas las confrontaciones dactiloscópicas del caso, sus
categóricas conclusiones permitieron establecer que el vecino inculpado
era completamente ajeno al hecho, ya que las huellas digitales
sangrientas correspondían a la madre de las víctimas, revelación que dio
por lógico resultado, descubrir que ella había sido la autora del
doble filicidio.
Muchas otras comprobaciones de similar importancia fueron cimentando la
eficacia del sistema ideado por Vucetich, quien pese a los reiterados
éxitos obtenido , no ceja en su empeño de perfeccionar su obra,
lográndolo en el transcurso del año 1896, en que reduce aquellos 101
tipos digitales originales, a los 4 fundamentales denominado a cada uno
de ellos: “arco”, “presilla interna”, “presilla externa”, y “verticilo”,
cuyo conjunto dio lugar a la creación del “ Sistema Dactiloscópico
Argentino”.
Las fichas decadactilar obtenidas, eran archivadas en dos armarios
casilleros que el mismo Vucetich construyó con muebles viejos.
Esos casilleros se conservan aún en el Museo Vucetich y han dado origen a
los grandes archivos dactiloscópicos que hoy existen en todo el país.
Durante el año 1899, inicia Vucetich la expedición de fichas especiales a
solicitud de los interesados, en la oficina a su cargo, dando origen
con ello a la cédula de identidad, primer documento realmente
identificativo que se haya expedido hasta entonces; la que es adoptada, a
propuesta suya, en el Convenio Internacional de Policía, celebrado en
Buenos Aires del 11 al 20 de octubre de 1905 entre las Policías de: La
Plata, Capital Federal, Río de janeiro, Montevideo y Santiago de Chile,
adhiriendo después Bolivia y Paraguay.
Previamente, en marzo de 1901, como Delegado de la Policía de La Plata,
concurre a Montevideo al II Congreso Científico Latino-Americano, donde
expone su sistema, por primera vez ante una asamblea científica y en
país extranjero. Propone también, allí la creación de “Tres Gabinetes
Intercontinentales de Identificación”.
El 8 de septiembre de 1901, en la Biblioteca Pública de La Plata, da una
conferencia donde explica su sistema, determinando ello su adopción en
la Policía de la Capital Federal; lo que recién se hace efectivo en
1905.
Al II Congreso Médico de Buenos Aires, celebrado en 1904. Presenta su
obra Dactiloscopia comparada, que recibe el “Gran Premio”. Constituye
este libro el texto originario y fundamental de la ciencia
identificativa por mediode las impresiones digitales calificada
por Ferri de “Trovata geniale” y por Lacasague con el nombre de
“Vucetichismo”.
Como delegado de la Provincia de Buenos Aires, asiste en 1905 al III
Congreso Latino-Americano celebrado en Rio de Janeiro, donde presenta su
tesis: “Evolución de la Dactiloscopia”, y en colaboración con don
Alberto Cortina, la obra titulada: Congreso Policial Sudamericano. La
necesidad y manera de promoverlo. Este Congreso sanciona la proposición
de Vucetich de la creación de Tres Gabinetes Intercontinentales de
Identificación a base del sistema dactiloscópico.
Este nuevo sistema dactiloscópico argentino es adoptado por Brasil y
Chile en 1903, por Uruguay, Perú y Paraguay en 1905 y por Bolivia en
1906. A la vez, se suscitan en toda Europa estudios y comentarios
favorables, siendo también adoptado en Rumania en 1904, Noruega en 1906,
en Bélgica en 1908, en España en 1909 y en Portugal en 1914.
En 1907 la Academia de Ciencias de Paris informa al Ministro de Justicia
con fecha 1 de julio, que el sistema más perfecto de Identificación es
el de Vucetich; y durante aquel año, en el Congreso de la Asociación
Española para el progreso de las ciencias, celebrado en Zaragoza, el
doctor Federico Olóriz Aguilera, académico e inspector del servicio de
identidad judicial, proclama la superioridad clasificativa del sistema
Vucetich sobre el sistema de Henry, único equiparable al sistema
argentino.
El 11 de diciembre de 1908 el Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos
Aires le otorga el título de “Perito Identificador”.
En 1909, el doctor Reyna Almandos pública las dos obras Dactiloscopia
Argentina y Origen del Vucetichsmo, obras fundamentales que consolidan y
evidencian los títulos y valores del sistema dactiloscópico argentino.
Con fecha de 29 de septiembre de 1910, el Gobierno Nacional otorga a
Vucetich el diploma de “Perito Identificador” y desde 1911 su sistema va
extendiéndose a todos los órdenes identificativos del organismo
institucional y administrativo del país.
Durante el año 1911 se produce en el país el gran acontecimiento
identificativo al adoptarse en la ley 8129(enrolamiento y régimen
electoral) el sistema dactiloscópico, encargándose a Vucetich la
organización del Registro Nacional en el cual se archivan las matrículas
de todos los enrolados, clasificándose éstas a su vez, por el índice
patronímico.
Terminada la organización del Registro Nacional del Enrolamiento en el
Ejército, se retira de aquel cargo con el fin de emprender un viaje
alrededor del mundo para estudiar el pasado y presente de la
identificación (1913).
Los medios para este viaje los obtuvo del producto de su jubilación de
23 años de servicios en la Provincia de Buenos Aires, como Jefe de la
Oficina de Identificación que él había fundado.
La cancelación de aquel derecho le importó unos 23.000 pesos líquidos,
con cuyo producto rescató parte de la edición de Dactiloscopia
comparada, que se hallaba en poder del editor por falta de pago, y con
el resto efectuó el anhelado viaje. Visitó en esa ocasión los gabinetes
identificativos de las principales capitales de Europa, Asia, y América;
comprobó que había existido en Oriente la costumbre de imprimir la yema
de un dedo manchado en tinta en documentos privados, pero sin ninguna
claridad que permitiera reconocer el carácter de los dibujos. El 7 de
abril de 1913 inició sus lecciones de dactiloscopia para implantar su
sistema Pekín, a instancias del Gobierno Chino y en presencia del
Ministro de justicia, magistrados y altos funcionarios. Habiéndose
negado a recibir la recompensa pecuniaria que se le ofrecía, el Gobierno
con incrustación de las banderas chinas.
Ya de retorno al país, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, le
encomendó por decreto del 20 de enero de 1915, la redacción de un
proyecto de Registro General de Identificación, siendo definitivamente
sancionado el 18 de julio de 1916 y promulgada la ley el 20 del mismo
mes.
Instalado el Registro en la Provincia y en pleno funcionamiento, por
Decreto del 28 de mayo de 1917, lo suprimió la intervención nacional;
quedando de esta manera, suspendida la primera institución de su género
en el mundo, que luego ha sido reproducida en Chile, México, Ecuador y
otros países.
En 1921 pública su Historia sintética de la identificación, que hizo
imprimir por su cuenta; y destruyó luego la edición considerando
incompleta la reseña histórica. En abril de 1925, publica el doctor don
Alfredo L. Palacios, Decano entonces de la Facultad de Derecho de La
Plata, su estudio Consagración universitaria, con el cual se pone
término a la antigua polémica existente entre partidarios y enemigos de
la originalidad y la eficiencia del sistema dactiloscópico argentino.
El 25 de enero de 1925.Vucetich fallece en la ciudad de Dolores, tras
una larga y penosa enfermedad pese a lo cual había seguido trabajando y
luchando como siempre en defensa de la personalidad humana, concretada
en la ciencia dactiloscópica.
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